Más que apariencias...palabras clave de la sección 6
Bueno, dos ponches en el auto, una
ceremonia de premiación en la escuela de mi hija y un proyecto de trabajo cuya
fecha de entrega está llegando han cambiado la agenda del día, pero como dicen
que más vale tarde que nunca, aquí van las últimas tres palabras clave de “Más
que apariencias”.
Entonces Abraham esperó con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido.
Capítulo 16
Encontrar a Dios en los lugares más insólitos
Esperar
Encontrar a Dios en los lugares más insólitos
Esperar
Entonces Abraham esperó con paciencia y recibió lo que Dios le había prometido.
(Hebreos 6:15, NTV)
Esperar. Una palabra casi obsoleta en el
siglo XXI. Seamos honestas. No nos gusta esperar. Creo que además de los daños
nutricionales, otro de los problemas que han traído los restaurantes de comida
rápida (sobre todos los que sirven en la ventanilla del auto) es que no
queremos esperar. Todo lo queremos AHORA. No me malentiendas, yo también
disfruto no tener que bajarme del auto cuando estoy apurada o si está
lloviendo, pero reconozco que esa y otras cosas más han reforzado nuestra
mentalidad de no esperar.
Relee el versículo de arriba…«Abraham
esperó con paciencia y recibió». Dios no funciona con nuestro calendario. Él
tiene un reloj, por decirlo de alguna manera, muy diferente. Y tenemos que
tomar la decisión de ajustarnos a su reloj o nos pasaremos la vida angustiadas
porque tenemos que esperar: esperar por el cónyuge, por salir embarazada, por
el trabajo que anhelamos, por la oportunidad en el ministerio, etc. ESPERAR.
Una vez yo estaba viviendo uno de esos
períodos de “espera desesperada” y Dios me habló mediante un pasaje del Antiguo
Testamento, escondido entre las páginas de los profetas menores: “Aunque
parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas
sucederá. No se tardará”. Interesante que me habló en dos momentos y lugares
muy diferentes, pero con el mismo pasaje sobre la misma situación. ¿Cuál es mi
parte? Primero que nada creerle a Dios y segunda, esperar con paciencia.
Amiga lectora, aprendamos a esperar. Dios
no se demora. Él no llega tarde. Puede parecer a nivel humano que el tiempo se
nos está acabando, pero nuestro buen Dios tiene su agenda muy bien
organizada. Cito del libro: “Convertirnos
en más que ‘buenas cristianas’ significa esperar el tiempo de Dios, y esperar
todo lo bueno que él está obrando en nosotras”. Después de ese tiempo, no lo
dudes, podremos avanzar.
¿Qué hacer en la espera? Buscar más de
Dios, pedirle que se nos revele. Y aprender a simplemente estar con él. A fin de cuentas, eso es lo que más él desea.
Capítulo 17
Hacer oraciones peligrosas
Orar
La oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5:16, NVI)
Hacer oraciones peligrosas
Orar
La oración del justo es poderosa y eficaz. (Santiago 5:16, NVI)
¡Cuánto me identifiqué con Lysa en este
capítulo! Es verdad que muchas veces oramos así como ella dice: Señor bendice a
mi familia, bendíceme en esto o en lo otro, bendice, bendice, bendice…Mentalidad
de máquina dispensadora. Mucho tiempo hablando y poco tiempo escuchando lo que
Dios tiene que decir.
Es verdad, nuestras oraciones no son
poderosas por las palabras que usamos ni porque “suenen” poderosas sino cuando
estamos atentas a escuchar a aquel que es poderoso. ¿Puedes decir, amén?
También coincido en que debemos aprender a
hacer oraciones peligrosas: Dios incomódame, interrúmpeme, sacúdeme, revélame
lo que hay en mí que no viene de ti, y cosas semejantes.
Hace un tiempo escribí una oración y
quiero compartirla contigo. Haz clic aquí, tal vez quieras hacerla tuya hoy.
¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las
bodas del Cordero. Su novia se ha preparado. (Apocalipsis 19:7)
Yo, como la autora, tampoco quiero vivir
una vida cristiana de plástico. Quiero vivir con Jesús a plenitud, por eso es
que este blog dice: “vive la vida como Dios la diseñó”. Ese es mi mayor anhelo.
Vivir como Dios quiere que viva. Entregada a él por completo, en un abandono
del yo para encontrarme con él.
¿Realmente estamos dispuestas? ¿Dispuestas
a decirle a Jesús “todo es tuyo”, lo que amo, lo que tengo, lo que considero
importante, mis sueños? Eso es abandono. Rendir nuestra voluntad por completo a
la de Dios. ¿Fácil? ¡Claro que no! Para nada. Pero vale la pena. ¡Oh, sí! Me
falta mucho, mucho todavía. Pero los bocados que he probado de esa vida de
entrega saben mucho mejor que todos los manjares que pueda ofrecerme el mundo
en el más suculento de los banquetes.
No caigamos en la trampa de vivir tan
enfocadas en nuestra propia agenda que Dios pase a ser solo eso, un punto más
en la agenda. ¿Qué tal si vivimos más bien con la expectativa, con la ilusión
del encuentro con el Novio? Y en el camino, decidimos estar preparadas,
conocerlo lo más posible y vivir cada día ansiosas de escuchar su voz. ¿Te
atreves?
Bueno, llegamos casi al final. El viernes
voy a cerrar con el video-blog y allí habrá un anuncio que no quieres perderte.
¡Será emocionante y divertido! Te espero.
Mientras tanto, ¡vive la vida como Dios la
diseñó!
Wendy
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