París, mi sueño y cómo vivir en un mundo de terror
París siempre ha
sido la ciudad de mis sueños. Quizá porque uno de mis tatarabuelos era francés,
no lo sé. Pero sí sé que de niña mis fantasías siempre terminaban en París y
los relatos que escribía también.
Todavía sigue
siendo un sueño; y por eso cuando hace unos días estaba a punto de entrar a dar
una conferencia, supe por las noticias que un torrente de sangre bañaba la
ciudad de las luces, mi corazón se encogió. Pero no fue solo porque un sueño
pudiera no llegar a hacerse realidad; se encogió también porque es justo en
este mundo de terror donde están creciendo mis hijos, y los tuyos, nuestros
sobrinos, nietos, toda una generación que contempla sin palabras los ataques de
la oscuridad.
Una generación que
ve llegar a las costas mediterráneas niños sin vida, padres desesperados. Esta
generación está siendo testigo de la mayor persecución a los cristianos de la
que se tenga conocimiento. Así es, aunque tal vez nosotros acá en Occidente
todavía no lo vivamos de manera tan cruel.
Y es justo frente
a todo este caos que uno se pregunta: ¿cómo vivir en un mundo de terror? ¿Cómo
alzar los brazos cuando solo queremos dejarnos caer?
En un mundo de
terror tenemos que recordar las palabras de Jesús: tendríamos aflicción en este
mundo PERO, ¡confiemos! ¡Él ya venció al mundo!
En un mundo de
terror tú y yo tenemos que aferrarnos a la verdad para que la mentira no nos
destruya ni nos confunda. ¡Dios no nos ha desamparado! Él prometió nunca
dejarnos ni abandonarnos. Esa es mi oración por los perseguidos, ¿sabes? Que
puedan recordar que aunque las circunstancias digan otra cosa, en sus corazones
sientan la presencia innegable de Dios y su amor.
En este mundo de
terror necesitamos creer que Dios es bueno, siempre. Aunque el pecado se pasee presuntuoso
de un lado a otro, ¡un día terminará! El mal ya fue vencido y por eso actúa exasperado,
para que tú y yo vivamos presas del terror, paralizadas.
Amiga, en este
mundo de terror tenemos que orar como los primeros cristianos: que el Señor nos
dé valentía. Mi abuela tenía en la puerta de su casa en Cuba un letrero que hasta
hoy recuerdo: Solo Cristo salva. Letrero que se mantuvo allí, gallardo, a pesar
del sistema de gobierno que nos trataba como ciudadanos de segunda clase y de
una ideología que decía: Dios no existe. ¡Tenemos que gritarle a este mundo
sumido en el terror que Solo Cristo Salva! Esa es la única esperanza. Por eso
hay que orar por valentía.
Oro para que mis
hijos, que crecen en esta generación, se alcen como robles de justicia, que
reconstruyan las ruinas antiguas y que levanten una bandera de esperanza y
salvación.
Quizá mi sueño se haga realidad, tal vez no. Y sé que
preferiríamos otro mundo, no este del terror. Y es lógico, este mundo no fue el
plan original. Pero no olvides que aquí solo somos extranjeras, estamos de
paso. Tú y yo como hijas de Dios, herederas con Cristo, vamos de camino a otro
mundo diferente, donde el terror ya no existirá más.
Entre tanto, levántate,
afirma tus pies en la verdad de las promesas de Dios para sus hijos. El terror
paraliza, el amor que hemos recibido en Jesús nos tiene que impulsar a decir a
todos: Sí hay esperanza, y no está en los políticos ni en los tratados de paz.
¡Solo Cristo salva!
¿Te has sumado al "Desafío a dar gracias"? Si es así y todavía no me has enviado la foto de tu vasija de gratitud, ¡adelante! Ya casi estamos llegando al final.
Muchas bendiciones en tu fin de semana,
Wendy
Acabas de leer "París, mi sueño y cómo vivir en un mundo de terror", ¡te invito a dejar tu comentario!
Cuando vi las noticias aquí en España, lo unico que me salió fue llanto. Lloré todo el fin de semana. A pesar de saber cuál es la realidad del mundo, me vi perpleja ante esta barbarie, no me lo terminaba de creer, y luego pensé "esto pasa desde la caída, no debería sorprenderme, historias similares leemos en la Biblia", aún así me choca, es ver al diablo caminando por las calles y riéndose de todos. Tenemos que orar sí por las almas perdidas y estar en el campo de batalla predicando el evangelio, porque no sabemos en qué momento ni cómo las personas serán arrebatadas de este mundo.
ResponderEliminarMe encantó tu artículo Wendy, me llenó porque la verdad que este fue un episodio muuy triste y desolador para muchos.
Un besote grande desde el otro lado del charco
Agradezco mucho tus palabras, Lucía. Recibe un abrazo desde este otro lado "del charco".
Eliminar:-)
Querida Wendy
ResponderEliminarGracias por tu artículo.
Sí desde aquí España lo vivimos muy cerquita.
Oramos por París y por Europa
Jesús y el evangelio siguen siendo la respuesta
Gracias una vez más
Un saludo y Dios te bendiga
Así es, Vanessa. Necesitamos orar para que haya un despertar espiritual en Europa y para que el pueblo cristiano allí se mantenga firme.
EliminarBendiciones!!